“Sam nos ha llamado. Nunca creímos que nuestro tiempo llegaría tan pronto. Él viene desde descendencia y con la mirada puesta en sus hijos incluso desde las décadas pasadas. Con sangre de padre y madre, se transmite de uno a otro. No somos los únicos ni los primeros ni los últimos. Pon una mano dentro de tu ojo, otra mano dentro de tu boca. Estuvimos ardiendo en llamas mientras caminábamos y nos tropezábamos en el camino. Solo fuimos tragados por la tierra. El sacrificio ha sido realizado”
Dos hermanos que vivían en un viejo pero cuidado rancho fueron encontrados muertos. Muertos y ya enterrados bajo tierra, justo en la parte trasera del rancho unos metros a la distancia. El fallecimiento de ambos fue extraño, no solo por las circunstancias, sino también por los motivos y por cómo fue llevado a cabo todo.
No se tuvo conocimiento sobre quién o quiénes fueron los que enterraron los cuerpos de los hermanos, vamos a llamarlos Jonathan y Davis. Sin embargo se cree que fueron ellos mismos quienes se sepultaron, debido a que sus tumbas eran muy descuidadas. Empezando por el hecho de que los dos fueron enterrados directo al suelo sin ataúd ni nada, siguiendo con que la tierra de los pozos se encontraba desnivelada y mal colocada.
Los cadáveres de Jonathan y Davis tenían las facciones quemadas hasta el punto de la carbonización. Los dos tenían sus brazos en posiciones extrañas. Una de las manos se hallaba dentro de un ojo y la otra mano se hallaba dentro de la boca. Más tarde los investigadores encontraron algo más. En el suelo de la casa y en el sendero arenoso que salía desde el rancho se lograron apreciar huellas apenas visibles de pasos formados entre restos de cenizas. ¿Los pasos de los dos hermanos cuando iban caminando entre llamas?
Lo más probable al final es que todo había sido un suicidio. ¿Quién era Sam? Eso aun no ha tenido la oportunidad de saberse.